Las bases están sentadas. En una reunión que mantuvieron antes de la final de la Copa del Rey, allá por el mes de mayo, Iñaki Ibáñez, representante de Xabi Alonso, y José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid, se expusieron los primeros argumentos sobre la renovación del jugador. Su contrato finaliza el 30 de junio 2014.
Entonces quedaron en reunirse antes del mes de septiembre para afrontar definitivamente la situación y, a día de hoy, la realidad no es otra que el club quiere que el futbolista renueve su compromiso contractual. Y este, por su parte, concede absoluta prioridad a su actual equipo.
Partiendo de estas premisas, lo normal es que las negociaciones se centren en una prolongación en base a dos años más de contrato y una mejora económica, aspecto en el que cada parte defenderá su oferta.
Mientras, Xabi Alonso no quiere saber nada de nada, ni de nadie. Es dueño de su futuro y no tiene prisa al respecto. Su único objetivo, ahora, es recuperarse lo antes posible de la operación de pubis a la que se sometió el 8 de junio y cuya recuperación, lenta y latosa, ya ha comenzado individualmente en San Sebastián.
Una vez recuperado e incorporado a la dinámica de trabajo del equipo, el futbolista comenzará a plantearse su situación. Por encima de cualquier otro asunto, Xabi quiere seguir siendo protagonista, sentirse trascendente, útil e importante, como lo ha sido en el equipo desde que llegara de Liverpool.
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