En la carta de presentación de Carlo Ancelotti figura la promesa de que el Real Madrid ganaría dando espectáculo, lo que se interpretó como una apuesta por el fútbol atractivo, elaborado y lejos del contragolpe.
Su antecesor confeccionó un equipo con un patrón bien definido: presión, intensidad y repliegue de líneas para robar la pelota y, con acciones directas, fulminar al rival al contraataque. Mourinho fichó jugadores para ello e, incluso, utilizó el trivote.
Después de cuatro partidos de Liga, pero sobre todo, del debut en la Champions, se sigue viendo el rastro del anterior técnico. Cristiano Ronaldo, Di María, Benzema, Modric, Pepe... Los jugadores se sienten cómodos con las acciones de contraataque y las buscan con asiduidad.
Estambul fue el último ejemplo de un equipo que cuando corre es casi imparable y que, si le salen las cosas, es capaz de golear de esta manera.
Con recursos
Cuatro de los seis goles del Real Madrid contra el Galatasaray se fabricaron a la contra, con Cristiano Ronaldo y Benzema en plan estelar.
Cuatro de los seis goles del Real Madrid contra el Galatasaray se fabricaron a la contra, con Cristiano Ronaldo y Benzema en plan estelar.
Hay que decir que Ancelotti no ha prohibido este recurso. Lo considera tan válido como otro tipo de juego. Pero sí es cierto que el entrenador italiano hace hincapié a sus jugadores, en el día a día, en que hay que tener la posesión del balón. Hay que tocar mucho, elaborar la jugada y evitar acciones precipitadas.
En la primera parte en Estambul sí se vio, en algunos momentos, un Real Madrid que apostó por el toque, por tener paciencia con el balón hasta encontrar el desajuste del rival.
Ancelotti sigue creyendo que, a lo largo de la temporada, se encontrarán equipos que se les cerrarán y que tendrán que desarmarlos con jugadas más confeccionadas. Sobre todo en el Bernabéu.
Es por eso que Ancelotti ve en Isco, Modric, Illarramendi, Xabi Alonso, Benzema y otros como Morata y Jesé, a jugadores de un perfil más creativo. Sin renunciar a las contras.
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