Esta es la increíble y preciosa historia de un aficionado muy peculiar y su curiosa relación con José Mourinho. Gracias a un reportaje de "Sports Illustrated", conocemos la cara más amable del técnico portugués, capaz de convertir en realidad el sueño de un hincha mexicano de presenciar un Clásico y acudir a un gran partido de Liga de Campeones.
Abel Rodríguez, mexicano afincado en Los Ángeles, ha dedicado sus vacaciones en los últimos siete años a ayudar a Mourinho en sus pretemporadas en la ciudad americana. Siempre que el portugués ha ido con su equipo a Estados Unidos, el hincha azteca ha 'hipotecado' sus dos semanas de descanso para reforzar el personal más básico durante el 'stage' de Mou y su equipo. Ya sea de recogepelotas o de simple utillero, Abel disfrutaba en cada ocasión con la oportunidad de trabajar codo con codo con el técnico luso.
Su sueño siempre fue ver un Clásico en Europa. Y su gran deseo se cumplió esta temporada. Se presentó en Madrid sin entrada ni reserva de hotel y trató de asistir a un entrenamiento en Valdebebas. Se le negó la entrada y permaneció sentado en la acera, durante cinco horas, con la esperanza de ver a Mourinho.
"Fue un milagro que lo viera. Iba en el coche de Rui Faria y le dije: '¡Alto! Es el chico de Los Ángeles'". Mourinho reconoció a ese curioso voluntario de cada verano y, tras explicarle el motivo de su visita, decidió que Abel se hospedase con el resto del equipo en el hotel en los días previos al choque con el Barcelona. Por si fuera poco, Mou le pidió que viajase con ellos a Manchester para la eliminatoria de Champions como un miembro del club más.
El resto de la historia está cargada de anécdotas increíbles. Logró la camiseta firmada de Chicharito Hernández e hizo de intermediario entre Ferguson y Mourinho para que ambos técnicos se vieran al término del encuentro. Recibió multitud de obsequios y fue tratado como uno más del grupo. Y es que, a partir de entonces, Mourinho considera a su amigo Abel Rodríguez como un gran amuleto para él, además de una gran persona y un aficionado entregado al fútbol. El mexicano hizo que la mejor versión de Mourinho aflorase en un enorme acto de generosidad. Y eso no se ve todos los días.
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