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sábado, 1 de junio de 2013

HASTA NUNCA MOURHINO

José Mourinho se despide este sábado del Bernabéu ante Osasuna, dejando a las 'vacas sagradas' de nuevo en la grada

José Mourinho dirigirá hoy su último partido, el 167, como entrenador del Real Madrid
José Mourinho dirigirá hoy su último partido, el 167, como entrenador del Real Madrid | Foto: AFP

Mourinho tiene las maletas preparadas para salir pitando con dirección a Londres. Tantas ganas tiene de perder de vista al Real Madrid y a su entorno que se ha negado a despedirse con una rueda de prensa en tiempo y forma sugerida por el club. Ha preferido hablar después del depresivo partido que disputará hoy ante Osasuna. El portugués ha hecho lo que le ha dado la gana hasta el pitido final de su compromiso con el Real Madrid y en el club esperan que, al menos, se despida públicamente. Mou querría sacar su arsenal hoy mismo, pero el Madrid le pide una despedida más sosegada y oficial. Veremos qué pasa.
En su último partido ha decidido dejar fuera del último choque de la temporada a `vacas sagradas¿ como Casillas, Pepe, Ramos, Coentrao, Kaká, Xabi Alonso y Cristiano, al margen del sancionado Khedira y del concentrado con su selección Marcelo. Ha birlado a sus seguidores parte de esa ilusión de decir adiós a la temporada aplaudiendo a un importante grupo de sus ídolos. A esto se suma el oscurantismo que impuso cuando llegó escondiendo los partes médicos que explicaban el porqué de las ausencias, por lo que se abre el espacio a la especulación y a esa presión de los medios en la que se escuda para argumentar su cuida.
Él ha alimentado la animadversión y él tendrá que dar la cara en su adiós ante una afición dividida entre los que están a favor, en contra y los indiferentes. A los únicos que ha unido Mourinho para pedir su continuidad es a los rivales, encantados de que el Madrid tuviera a un pirómano al frente de su equipo. Y eso debilita.
El Bernabéu dictará la sentencia definitiva, pero muchas peñas ya han anunciado que acudirán con pancartas en su favor. Pese a todo, sus últimos desmanes, con críticas abiertas a los cracks del equipo y al propio club, hacen prever que habrá muchos pitos en la grada. No es que le importe mucho, pero Mourinho demostrará esta tarde que ha dividido totalmente al madridismo. Deja detrás suyo un vestuario quemado, una afición descolocada y un club sin proyecto de futuro.
Mourinho, fiel a su filosofía, no tiene demasiadas ganas de afrontar el encuentro de esta tarde. Teme por su ego y confía en no salir por la puerta de atrás. Es probable que si hay marejada entre el público, el técnico opte por no salir del banquillo y se vaya cuando acaben los noventa minutos. Un triste adiós para alguien que llegó a comerse el Bernabéu. Hasta nunca, Mou. 
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